Esta sabía muchos secretos de los herboristas que eran muy antiguos y se negaban a admitir ninguna de las profecías del río arcano.
Un día un tritón nadaba cerca y quiso comerse la planta, desesperada llamó a una ninfa, pero no llegaron sus serviciales a su rescate por la culpa de una mantícora que estaba haciendo un ensordecedor ruido.
La noche llegó, fue cuando vio que él tritón acechaba furtivamente entre las rocas, entonces la planta le suplicó al dios de los bosques que hechizara al tritón para que se petrificara, pero apareció un monstruo muy terrorífico que acabó con sus miedos, una luz cegadora