Había una pequeña hada llamada Coral, sus alas eran naranjas como el nombre de la
fruta del paraíso, y tenía dos amigas, una era Alya, ella era más atenta con Coral
que con Azalea. Esta última atemorizaba un poco a la gente cercana porque tenía un
problema, su piel era escamosa y azul. Ella se sentía muy avergonzada por su espalda
azul brillante.
Sin embargo, un día de camino al bosque, las tres buenas amigas se asustaron porque
miraron a un troll peludo y enfadado que quería aterrorizar a las criaturas del bosque
junto con los visitantes del espeso bosque brillante, que era un lugar sombrío, pero
también tenía flores mágicas, las cuáles brillaban esplendorosamente como las auroras
boreales. Un fenómeno que sorprendía a los visitantes y criaturas del espeso bosque.
Por otro lado, había dos guardianes que custodiaban la piedra sagrada de la juventud
y la inmortalidad. La piedra era una reliquia antigua, perteneciente a la Reina de las
Tierras Verdes del Norte, que fue un valioso tesoro obsequiado por los dioses del lugar.
Solo la reina podía tocarla, pero su hija la podía tocar también, gracias a sus poderes
de sacerdotisa.
Entonces, la hija de la Reina estaba en su jardín cogiendo flores cuando se encontró
un trébol violeta, que se transformó en una bella pequeña hada. Su nombre era Kōun.
La hija de la Reina y la pequeña hada fueron a buscar la espada que la necesitaba
para poder vencer a los usurpadores del reino de Kōun. La espada era el símbolo de
la familia real de los reyes de sangre élfica de las Tierras Nevadas del Sur.
Entonces las ninfas guardianas ayudaron a Kōun y a la hija de la Reina dándoles un
don muy especial, poder de la curación y la invisibilidad. Con estos poderes, ellas
pueden recuperar la espada y salvar a su amado pueblo de los usurpadores.
Acto seguido, llegaron los guardianes del bosque que protegía los alrededores.
Ellos querían tener más poder para reconquistar el mundo que les
arrebataron cuando su rey, quien era sabio y mago muy poderoso, perdió
su inmortalidad y magia.
fruta del paraíso, y tenía dos amigas, una era Alya, ella era más atenta con Coral
que con Azalea. Esta última atemorizaba un poco a la gente cercana porque tenía un
problema, su piel era escamosa y azul. Ella se sentía muy avergonzada por su espalda
azul brillante.
Sin embargo, un día de camino al bosque, las tres buenas amigas se asustaron porque
miraron a un troll peludo y enfadado que quería aterrorizar a las criaturas del bosque
junto con los visitantes del espeso bosque brillante, que era un lugar sombrío, pero
también tenía flores mágicas, las cuáles brillaban esplendorosamente como las auroras
boreales. Un fenómeno que sorprendía a los visitantes y criaturas del espeso bosque.
Por otro lado, había dos guardianes que custodiaban la piedra sagrada de la juventud
y la inmortalidad. La piedra era una reliquia antigua, perteneciente a la Reina de las
Tierras Verdes del Norte, que fue un valioso tesoro obsequiado por los dioses del lugar.
Solo la reina podía tocarla, pero su hija la podía tocar también, gracias a sus poderes
de sacerdotisa.
Entonces, la hija de la Reina estaba en su jardín cogiendo flores cuando se encontró
un trébol violeta, que se transformó en una bella pequeña hada. Su nombre era Kōun.
La hija de la Reina y la pequeña hada fueron a buscar la espada que la necesitaba
para poder vencer a los usurpadores del reino de Kōun. La espada era el símbolo de
la familia real de los reyes de sangre élfica de las Tierras Nevadas del Sur.
Entonces las ninfas guardianas ayudaron a Kōun y a la hija de la Reina dándoles un
don muy especial, poder de la curación y la invisibilidad. Con estos poderes, ellas
pueden recuperar la espada y salvar a su amado pueblo de los usurpadores.
Acto seguido, llegaron los guardianes del bosque que protegía los alrededores.
Ellos querían tener más poder para reconquistar el mundo que les
arrebataron cuando su rey, quien era sabio y mago muy poderoso, perdió
su inmortalidad y magia.