Había una vez en un río una planta de caléndula muy
bonita y parlanchina. Esta sabía muchos secretos de los
herboristas que eran muy antiguos y se negaban a admitir
ninguna de las profecías del río arcano.
Un día un tritón nadaba cerca y quiso comerse la planta,
desesperada llamó a una ninfa, pero no llegaron sus
serviciales a su rescate por la culpa de una mantícora
que estaba haciendo un ensordecedor ruido.
La noche llegó, fue cuando vio que él tritón acechaba
furtivamente entre las rocas, entonces la planta le
suplicó al dios de los bosques que hechizara al tritón
para que se petrificara, pero apareció un monstruo muy
terrorífico que acabó con sus miedos, una luz cegadora
hizo que todos se paralizaran al notar su presencia e
inmediatamente provocó un terremoto, derrumbando la
gran mayoría de ninfas que volaban demasiado cerca.
El tritón, enfadado, sacó una espada acuática, con una
sola blandida consiguió un golpe crítico hacia el
monstruo, pero luego este se reincorporó nuevamente,
rugiéndole y se abalanzó sobre su oponente
envuelto en una capa que flotaba en el aire.
No obstante, cuando el monstruo golpeó a tritón le dijo:
que no hiciera ruidos en la habitación, al lado había un
bebé que no podía dormir debido a los cantos armónicos de
las sirenas, entonces tritón le cantó una canción de
cuna, pero estaba algo agotado con el esfuerzo de la
última maniobra del combate entonces... colapsó.
De repente, el río tenía una abertura que mostraba la
entrada hacia una ruta secreta donde salía un manantial
fresco y limpio. Era un lugar mágico lleno de ninfas y
hadas, donde se humedecen y descansan los peces voladores,
para marcharse hacia su hogar entre amigos y la planta
se fue río abajo para buscar medicina, pero no había encontrado
lirios de plata, para su mascota peluda que está
con resfriado desde una noche que salió sin abrigo ni
bufanda felpuda. Sin embargo, la planta se equivocó de lugar
y terminó dormida en un bosque tenebrosamente grande.
De repente, apareció un pequeño troll, que estaba
detrás de un árbol que tenía grandes ramas. Entonces se fue,
pero se olvidó de ponerse el abrigo de ortiga que provocaba
urticaria en sus pestañas de seda. Sin embargo, algo ocurrió
cerca de una madriguera de osos, apareció una araña
gigantesca con patines, bailando claqué y sonriendo.
bonita y parlanchina. Esta sabía muchos secretos de los
herboristas que eran muy antiguos y se negaban a admitir
ninguna de las profecías del río arcano.
Un día un tritón nadaba cerca y quiso comerse la planta,
desesperada llamó a una ninfa, pero no llegaron sus
serviciales a su rescate por la culpa de una mantícora
que estaba haciendo un ensordecedor ruido.
La noche llegó, fue cuando vio que él tritón acechaba
furtivamente entre las rocas, entonces la planta le
suplicó al dios de los bosques que hechizara al tritón
para que se petrificara, pero apareció un monstruo muy
terrorífico que acabó con sus miedos, una luz cegadora
hizo que todos se paralizaran al notar su presencia e
inmediatamente provocó un terremoto, derrumbando la
gran mayoría de ninfas que volaban demasiado cerca.
El tritón, enfadado, sacó una espada acuática, con una
sola blandida consiguió un golpe crítico hacia el
monstruo, pero luego este se reincorporó nuevamente,
rugiéndole y se abalanzó sobre su oponente
envuelto en una capa que flotaba en el aire.
No obstante, cuando el monstruo golpeó a tritón le dijo:
que no hiciera ruidos en la habitación, al lado había un
bebé que no podía dormir debido a los cantos armónicos de
las sirenas, entonces tritón le cantó una canción de
cuna, pero estaba algo agotado con el esfuerzo de la
última maniobra del combate entonces... colapsó.
De repente, el río tenía una abertura que mostraba la
entrada hacia una ruta secreta donde salía un manantial
fresco y limpio. Era un lugar mágico lleno de ninfas y
hadas, donde se humedecen y descansan los peces voladores,
para marcharse hacia su hogar entre amigos y la planta
se fue río abajo para buscar medicina, pero no había encontrado
lirios de plata, para su mascota peluda que está
con resfriado desde una noche que salió sin abrigo ni
bufanda felpuda. Sin embargo, la planta se equivocó de lugar
y terminó dormida en un bosque tenebrosamente grande.
De repente, apareció un pequeño troll, que estaba
detrás de un árbol que tenía grandes ramas. Entonces se fue,
pero se olvidó de ponerse el abrigo de ortiga que provocaba
urticaria en sus pestañas de seda. Sin embargo, algo ocurrió
cerca de una madriguera de osos, apareció una araña
gigantesca con patines, bailando claqué y sonriendo.
@CarlaDark